¿Qué es la arquitectura solar pasiva?

Se entiende por arquitectura pasiva aquella que permite conseguir los objetivos de confort térmico interior sin la intervención de un mecanismo o dispositivo activo que consuma energía. Es decir, aprovechando los recursos disponibles de forma gratuita y sin consumo energético. Por lo tanto, a través de la propia arquitectura.

En el caso de la arquitectura solar pasiva, el recurso disponible es la radiación solar, que se puede aprovechar por ejemplo para calefactar de forma pasiva un espacio interior. Sin embargo, cuando lo que buscamos es todo lo contrario, es decir, cuando lo que queremos es bloquear la radiación solar no deseada, para alcanzar el confort interior en los edificios, utilizamos el concepto protección solar para edificios.

En este artículo, escrito por Paula Serrano del informativo CALORYFRIO, la autora realiza un repaso de las diferentes opciones que la arquitectura pasiva ofrece en relación con la protección solar en los edificios.

¿Por qué interesa la instalación de elementos de protección solar para edificios?:

La protección solar para edificios interesa en climas cálidos, calurosos y muy calurosos, siempre. Se trata de climas en los que existe una importante demanda de refrigeración. En climas templados, también puede ser necesario bloquear la radiación solar para reducir la demanda energética en verano. En climas fríos o extremadamente fríos (ártico) en cambio, sucede lo contrario. La radiación solar se aprovecha como sistema de calefacción pasiva, cuando la temperatura en el exterior es baja. En estos climas predomina la demanda de calefacción, la cual es elevada, en relación con la poca o nula demanda de refrigeración.

La pregunta por lo tanto es ¿Cuál es la demanda de refrigeración en mi edificio? ¿Qué puedo hacer para reducirla si es elevada? La respuesta sería reduciendo por un lado las ganancias internas de calor y por otro, reduciendo las ganancias externas de calor. Y es en este segundo tipo de ganancias donde interviene la protección solar.

La arquitectura solar pasiva ofrece mecanismos de protección que permiten reducir o bloquear la radiación solar no deseada. Es decir, aquella radiación que incrementa la temperatura en el interior del edificio. Exactamente por encima de la temperatura de confort de 25-26°C. Generalmente, la radiación solar que se transmite a través de superficies acristaladas. Es decir, ventanas y lucernarios, precisamente los elementos más débiles de un cerramiento, teniendo en cuenta su valor de transmitancia térmica.

¿Qué elementos de la arquitectura solar pasiva nos ofrece protección solar?: La arquitectura solar pasiva nos ofrece diferentes formas de bloquear la radiación solar no deseada. Puede tratarse de elementos propios de la arquitectura del edificio o bien dispositivos o elementos que se añaden e instalan en el edificio con esta finalidad.

Por otro lado, podemos diferenciar elementos de protección solar fijos, de elementos de protección solar móviles. Los primeros actúan lógicamente, de la misma manera en todas las estaciones del año. Los segundos, al ser elementos móviles, se pueden activar cuando interesa bloquear la radiación, y desactivar cuando interesa dejar pasar la radiación solar para su aprovechamiento. Además, los elementos móviles pueden ser de accionamiento manual o motorizado. Los primeros no consumen energía y dependen del comportamiento del usuario. Los segundos son dispositivos eléctricos generalmente, por lo que no son realmente elementos pasivos ya que consumen algo de energía.

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